Setefilla, Valme y Consolación viven “como un regalo” su participación durante el Congreso de Hermandades

13 Dic, 2024

Aún resuenan los ecos del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular celebrado hace pocos días en la Archidiócesis hispalense. El corpus doctrinal fruto de las ponencias y mesas redondas servirá como base para el trabajo y la reflexión de las hermandades y, en general, toda la Iglesia local, para los próximos años.

De igual forma, todavía se siente la emoción de la procesión de clausura, que puso el broche final a este evento internacional con la participación de ocho grandes devociones de la Archidiócesis.

Concretamente, las tres hermandades de la provincia invitadas a participar con sus titulares en este congreso – la Virgen de Setefilla (Lora del Río), la Virgen de Valme (Dos Hermanas) y la Virgen de Consolación (Utrera) – han coincidido en resaltar su agradecimiento por esta oportunidad.

La patrona de Utrera en Sevilla, 517 años después

En palabras de Rafael Rojas, hermano mayor de la corporación utrerana, “ha sido un regalo para Utrera y para la hermandad. Hemos vivido un momento histórico y único en este congreso internacional. No en vano, la Virgen no salía de Utrera desde hace 517 años, es decir, desde que llegó precisamente desde Sevilla”. En esta línea, asegura que “todo ha sido un éxito”, y agradece especialmente la acogida recibida, “tanto en la Catedral, como en la iglesia de Los Terceros, donde la Hermandad de la Cena se ha volcado con nosotros”. Destaca especialmente el cuidado y el cariño con el que los grupos jóvenes de las hermandades de la zona decoraron el templo y las calles por las que regresaría la Virgen de Consolación tras realizar el recorrido oficial de la procesión de clausura.

Durante su estancia en Sevilla, la patrona de Utrera presidió un día del triduo, con un coro de la localidad. Y una vez de vuelta a Utrera “paramos en la capilla de Fátima y desde allí el pueblo llevó a la Virgen al santuario. Aquello fue un hervidero de personas. Era imposible de caminar”, recuerda el hermano mayor emocionado.

“Orgulloso del pueblo de Lora del Río”

Por su parte, Antonio Jesús Jiménez, hermano mayor de Nuestra Señora de Setefilla, patrona de Lora del Río, confiesa sentirse “muy orgullosos del sentir del pueblo y la devoción tan grande que se ha demostrado en un congreso de piedad popular”. Explica que “el pueblo de Lora ha sabido estar, tanto en su participación durante el congreso, con el ir y venir de personas para ver a la Virgen a la Catedral, como mostrando su devoción durante la procesión”.

En cuanto a la acogida en San Andrés, el hermano mayor la describe como “fantástica, parecía que estábamos en nuestra casa”. Precisamente en la sede de la Hermandad de Santa Marta, la patrona de Lora del Río presidió una multitudinaria función principal de acción de gracias y de despedida el pasado 9 de diciembre.

“Honor, orgullo y privilegio” de Dos Hermanas

Finalmente, la hermana mayor de la Virgen de Valme de Dos Hermanas, Isabel María Caballero, se suma a los agradecimientos. “Ha sido para nosotros un honor, un orgullo y un privilegio formar parte de este congreso y de esta procesión en la que han participado importantes e imponentes devociones de nuestra archidiócesis”, asegura.

La hermana mayor recuerda cómo “la gente se ha acercado durante todo el congreso de forma cariñosa, devota y expectante, algunas para orar y acompañar a la Santísima Virgen y otras para conocerla. Nos han pedido información sobre su nombre, la jaculatoria que el Santo Rey Fernando pronunció ‘Váleme Señora’, sobre el origen de la devoción, su estética, la talla…. Ha sido especial e impresionante”.

En relación al congreso, considera que “se ha destacado el importante papel de la piedad popular dentro de la Iglesia, siendo un medio para expresar de forma sencilla, gráfica, visual el contenido más teológico y espiritual sobre el que se sustenta nuestra fe.  También se ha puesto de manifiesto la destacada misión que tenemos las hermandades en esta sociedad cada vez más secularizada, suponiendo un freno para esta tendencia. Tenemos una gran responsabilidad que debemos asumir y afrontar con alegría y sin miedo, dando testimonio diario de lo que supone ser cristiano, católico y pertenecer a una hermandad”. Concretamente, pone el acento, por un lado, en la ponencia pronunciada por la hermana de la Cruz, que “puso de manifiesto la importancia de la acción social en las hermandades” y, por otro, en entender la evangelización “no como un acto formativo o de contenido independiente, sino que actúe de manera transversal en las actividades y vida de la hermandad”.

Sobre la procesión, recuerda “la sensación de familiaridad, calor y gentío. Expresión absoluta de júbilo y religiosidad, belleza, tradición y oración” vivido durante todo el recorrido. Confiesa que, una vez terminado el recorrido oficial, “sentimos que Sevilla se hacía pueblo para acompañar a la Virgen de Valme que procesionó en la forma acostumbrada”. Ya en El Salvador, resalta la acogida, “donde su rector y todas las hermandades que allí tienen su sede nos han recibido de manera especial y han sido participes de nuestra visita, ofreciéndose para todo aquello que necesitáramos. En este sentido debemos mencionar de forma muy especial a la hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, que nos ha acogido en su capilla, donde tuvo lugar una veneración a la Santísima Virgen de Valme”.

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