La caridad junto con las celebraciones litúrgicas, las jornadas científicas y los actos culturales, forman parte de la columna vertebral del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebrará en Sevilla del 4 al 8 de diciembre. El sacerdote Salvador Diánez es el vicario episcopal para la Pastoral Social.
¿Por qué una obra caritativa?
La razón es bien sencilla; todos como bautizados hemos de dar respuesta y hacer vida el anuncio de la Buena Noticia del Señor, la celebración de los sacramentos y el ejercicio de la caridad. Cualquier acción evangelizadora requiere del anuncio, la celebración y la acción caritativa y social. Por eso, un Congreso de estas características tenía que contar con una obra social importante.
¿Quiénes son los destinatarios de este proyecto caritativo?
La obra social del congreso irá destinada a las personas sin hogar en el contexto de la intervención de Cáritas Diocesana de Sevilla. No se trata de una labor de acompañar a las personas en situación de calle que se inicie con la puesta en marcha de este proyecto, sino que viene desarrollándose desde hace mucho tiempo en nuestra diócesis. La obra social complementará y reforzará la línea de trabajo que se viene realizando desde el Departamento de Grave Exclusión de Cáritas Diocesana, en el acompañamiento a personas sin hogar de los cinco proyectos de calle que actualmente desarrollan su labor en la diócesis.
¿En qué se concretará?
En un centro en el que poder continuar la labor que la Iglesia de Sevilla viene realizando en el acompañamiento a las personas en situación de calle. Un colectivo, el de las personas sin hogar, vulnerable y en grave exclusión que, desafortunadamente, va en aumento en nuestros días. La obra social consistirá en aliviar la desesperación de quienes sienten que cargan con un peso insoportable; combatir la distracción de quienes bastante tienen con superar las pruebas de cada día, proporcionando seguridades básicas alternativas que les permita elevar su mirada más allá del cortísimo plazo; y estar atentos a las señales de desesperanza que existan en aquellas personas que viven en nuestras calles.
¿Podríamos hablar de un proyecto intermedio?
Una vez evaluada la situación actual en la Archidiócesis, detectamos una carencia importante que es precisamente la que tratará de solventar este proyecto. Se trata de un paso intermedio entre la persona que está en situación de calle y que ya forma parte de un proceso de acompañamiento desde los distintos proyectos de Cáritas parroquiales. Esta obra social en la calle Don Remondo dará continuidad a ese proceso ya iniciado para preparar a la persona al acceso definitivo a un sitio como puede ser el Centro Amigo u otros existentes en la diócesis, hasta que pueda finalmente insertarse en la vida social con normalidad.
En definitiva, esta obra social, este espacio de atención a personas sin hogar, no es un albergue como los que hay en nuestra ciudad y que cumplen su función y misión, no. En este proyecto, a diferencia de los albergues de baja exigencia, las personas sin hogar vendrán derivados y acompañados de los voluntarios de los proyectos de atención de calle que mencionábamos anteriormente y desde donde se viene haciendo un trabajo previo de acompañamiento a la persona que accede al recurso.
La Vicaría para la Pastoral Social la integran diversas delegaciones diocesanas y otros organismos como Cáritas de Sevilla. ¿Desarrollarán un proyecto en conjunto?
Entre las prioridades de la Vicaría Episcopal para la Pastoral Social está, sin duda, la coordinación de la acción caritativa y social de la Archidiócesis en su conjunto. Por eso, tratamos de evitar trabajar en compartimentos estancos. Siguiendo esta línea sería absurdo poner en marcha una obra social que no fuese un proyecto conjunto, un proyecto diocesano en el que hermandades y cofradías, Cáritas Diocesana, parroquias y movimientos de nuestra Iglesia de Sevilla no asumieran como propio. La obra social del congreso será un proyecto diocesano en el que todos tendrán cabida y desde donde la vicaría acompañará ese trabajo en red tan necesario y que tan buenos frutos da en las personas a las que se acompaña. En este caso, si Dios quiere, a las personas en situación de grave exclusión.
¿Cómo han detectado la necesidad de estas personas y por qué han considerado la importancia de una obra con estas características?
Desde la comisión de la obra social del congreso vimos la necesidad de hacer en un primer momento un estudio de la realidad sobre nuestra diócesis para conocer los colectivos más vulnerables y valorar aquellas situaciones y realidades más sangrantes desde donde poder dar una respuesta como Iglesia y poder transmitir la esperanza cristiana allí donde la desesperanza se instala como hábito.
La grave exclusión es un fenómeno complejo.
Lo es. En él interactúan variables que van de lo subjetivo a la propia estructura social, pasando por las redes de apoyo, los sistemas de atención, los prejuicios sociales… La evolución de la exclusión en España nos muestra que la mezcla de baja calidad en el empleo y costes de la vivienda se convierten en una combinación característica de nuestro país y definen las dos principales dimensiones, cuantitativamente hablando, por las que los hogares y las personas llegan a la exclusión. De forma complementaria, sin embargo, al analizar la desigualdad, observamos que son las dimensiones del aislamiento social y del conflicto las que nos alejan más del conjunto social. No tener empleo o bajos salarios, junto a no poder hacer frente al gasto de la vivienda nos lleva a la exclusión social, pero si además no tenemos en quién apoyarnos o tenemos algún problema de salud mental o drogodependencia nos sitúa en la máxima desigualdad.
Ante esta realidad decidimos, siempre de la mano de Cáritas Diocesana, apostar por ampliar y reforzar la atención y acompañamiento a las personas en situación de calle.
¿Esta obra social se trata, por tanto, de una acción coordinada y en armonía con las orientaciones pastorales de la Iglesia en Sevilla?
¡No puede ser de otra manera! Hemos de poner el acento en el Plan Pastoral Diocesano aprobado por los distintos consejos de la Archidiócesis y en el que participó la diócesis en su conjunto. Sabemos del interés y preocupación de monseñor Saiz Meneses por la acción caritativa y social desde que llegó a la ciudad, visitando las zonas más sangrantes de Sevilla y creando la Vicaría para la Pastoral Social. No es casualidad que la obra social del Congreso de Hermandades y Piedad Popular tenga como prioridad absoluta la puesta en marcha de este proyecto para atender y dar respuesta a las personas en situación de calle.
¿Cuántas personas se beneficiarán directamente e indirectamente con esta acción de caridad?
Aún es pronto para responder a esta respuesta, aunque sí conocemos a las personas en situación de calle que atendió el departamento de Atención a la Grave exclusión de Cáritas a través de los proyectos de calle de las parroquias y el centro Amigo que ascendió, según la memoria de Cáritas Diocesana de 2023, a 750 personas. La inmensa mayoría de las personas que se beneficiarán de este esta obra social vendrán derivadas de estos proyectos de atención de calle. Para ello, se requiere un espacio diseñado para el apoyo de procesos, que pueda ser acompañado con un modo de acceso sencillo, donde la persona siempre vendrá acompañada por un proyecto de atención, la temporalidad esté marcada por el propio proceso y por las características de la persona atendida.
¿Una acción social que perdurará en el tiempo?
No se trata de desarrollar una acción puntual al hilo de la celebración del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, sino de establecer una línea de colaboración estable entre los consejos locales de hermandades y las cofradías con Cáritas Diocesana, que además cuente con el valor añadido de seguir sensibilizando a la sociedad civil y religiosa ante un problema grave y complejo como el de la grave exclusión. Además, no podemos olvidar que las personas en situación de calle, en la mayoría de los casos, son personas rotas que necesitan un periodo de tiempo prolongado para sanar las heridas. El acompañamiento, en clave de proceso, por el que apostamos como Iglesia no se centra en la temporalidad, sino en la persona, que es creada a imagen y semejanza de Dios.
Esta obra pondrá de relieve la centralidad de la persona humana que es atendida y acompañada por la Iglesia, ¿no es así?
Sin duda, pero no solo esta obra social. La Iglesia nos ha enseñado siempre que la persona es lo primero. Si atendemos y acompañamos de otra forma, sin poner a la persona en el centro, estaremos atendiendo y acompañando y seguramente estaremos haciendo un bien, pero no lo estaremos haciendo como la Iglesia nos enseña y anima a hacerlo. Poner a la persona en el centro es reconocer a Jesucristo en el hermano, en este caso en el hermano o la hermana en situación de calle.
Proyectos parroquiales de atención a personas en situación de sin hogar
Proyecto Levántate y Anda (Cáritas Parroquial de San Vicente Mártir)
Acompañamiento / Información / Reparto de bebidas y mantas
Zona: Casco Antiguo
Diario/horario: Todos los días desde las 20:30 (invierno) o las 21:00 (verano)
Proyecto Lázaro (Cáritas Parroquial de San Sebastián)
Acompañamiento / Información / Reparto de bebidas y mantas
Zona: San Bernardo y Bami
Diario/horario: De lunes a viernes y domingos desde las 20:30
Proyecto Emaús (Cáritas del arciprestazgo de Triana-Los Remedios)
Acompañamiento / Información / Reparto de bebidas y mantas / Atención primaria
Zona: Triana-Los Remedios
Diario/horario: Martes, viernes y domingos
Proyecto Beato Pedro Donders (Cáritas Parroquial del Santísimo Redentor)
Acompañamiento / Información / Reparto de bebidas y mantas
Zona: Nervión
Diario/horario: Lunes, martes, jueves y sábados, a las 20:00 (invierno) y a las 21:00 (verano)
Proyecto de atención a personas sin hogar de Cáritas Universitaria de Sevilla
Acompañamiento / Información
Zona: Centro-Arenal y Centro-Setas
Diario/horario: Miércoles, desde las 20:30 h