En el segundo día del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular se ha estrenado un nuevo formato de conferencia: las mesas redondas. Tras la conferencia del cardenal Kevin J. Farrell sobre ‘Las hermandades: casa u escuela de vida cristiana, comunión y sinodalidad’, se ha celebrado una mesa redonda sobre ‘Arte y estética’.
El catedrático de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla José Roda, ha moderado este encuentro, señalando, al inicio, que “la Sagrada Escritura se ha convertido en un atlas iconográfico del que se han nutrido la cultura y el arte cristiana” y destacando que “toda forma auténtica de arte es una vía de acceso a la realidad mas profunda del hombre y del mundo”. Al respecto, ha recordado una cita de Dostoyevski “La belleza salvará al mundo” y ha añadido que “esa belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente. La via pulchritudinis, el camino de la belleza, por tanto, constituye al mismo tiempo un recorrido artístico, estético y un itinerario de fe”.
A continuación, los cuatro ponentes han ido reflexionando desde distintas dimensiones sobre el arte y la estética en la imagen sagrada.
La platería, una creatividad asociada a lo divino
Abría la mesa redonda Antonio Joaquín Santos, profesor y secretario del Departamento de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla y especialista en orfebrería en Andalucía y Extremadura.
Santos ha centrado su intervención en el desarrollo del arte de la platería en relación con el culto de la Eucaristía y a la Virgen María en Andalucía. “Una creatividad (la platería) marcada por el empleo de materiales preciosos que siempre han estado asociados a lo divino”, ha asegurado.
En esta línea, ha expuesto cómo “la necesidad de manifestar al Santísimo Sacramento ante los fieles justificó la ejecución de relicarios en metal precioso, único material que podía acoger a la Sagrada Forma”.
Más adelante, ha reflexionado sobre la devoción a la Virgen María, “que ha jugado un papel esencial en la piedad popular andaluza. Desde el medievo, la Madre de Dios se convirtió en objeto de especial veneración y su papel de intercesora siempre tuvo una alta consideración en el sur hispano”.
Concretamente, durante su intervención ha dicho que la Virgen de los Reyes es un “caso paradigmático”. Esta devoción de san Fernando es “una imagen de vestir desde su origen y que portó atributos regios como el trono y la ‘Corona de las Águilas’, donada por la propia esposa del rey santo, doña Beatriz de Suabia, para que sirviera de presea a esta imagen y que refleja ese traspaso de los atributos regios a la Virgen que se llevó a cabo en esta época”. El ponente ha explicado que estos atributos de reina fueron comunes en todos los iconos marianos, bien labrados en talla, bien de orfebrería.
Finalmente, Antonio Joaquín Santos ha analizado los ajuares y joyas de distintas vírgenes de toda Andalucía, como coronas, cetros o elementos prendidos de las ropas de las imágenes, entre otros.
“El patrimonio religioso es un patrimonio vivo”
A continuación, Araceli Montero, responsable de tratamiento de bienes muebles del IAPH (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico) ha ofrecido una ponencia sobre ‘El reto de la conservación y restauración del patrimonio de carácter religioso’.
Durante la primera parte de su charla ha ido desgranando las características fundamentales del patrimonio de carácter religioso, como su gran riqueza técnica y material. Si bien, ha resaltado que “el patrimonio religioso es un patrimonio vivo, asociado al culto y la funcionalidad”, y esta singularidad supone un reto para su conservación.
Montero también ha descrito este patrimonio como “bienes que constituyen una parte significativa dentro de la construcción social del patrimonio histórico de Andalucía”, enumerando tres aspectos claves que le son inherentes: el carácter cultural, provoca una gran devoción y tiene una clara funcionalidad: la evangelización del pueblo. Estas características comunes han llevado al IAPH a denominar a estas obras como “patrimonio devocional en culto activo”.
Más adelante, ha ofrecido varias acciones para la conservación de este patrimonio. Concretamente ha establecido cuatro acciones adoptadas por el IAPH: actuar mediante estrategias conservativas, adoptar medidas preventivas, asesorar técnicamente las intervenciones y difundir los resultados.
Finalmente, ha concluido su conferencia haciendo tres breves reflexiones: en primer lugar, que “el conocimiento completo del bien en su contexto es clave para establecer estrategias de intervención adaptadas a modelos más sociales y sostenibles”; también que la participación e incorporación de los propietarios y custodios en los procesos de conservación de los bienes es positivo para los mismos; y como tercera reflexión, ha destacado la posición del IAPH, “alineados siempre con la corriente crítica de la conservación”, como una entidad mediadora para la conservación de este patrimonio “que entre todos tenemos que proteger y preservar, como parte inherente de nuestro futuro”.
La imagen procesional “sirve de elemento de cohesión social”
El tercer ponente en esta mesa redonda ha sido Juan Jesús López-Guadalupe, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada que ha abordado ‘La función de la imagen sagrada. La escultura procesional’.
En esta ha disertado sobre el desarrollo de la imagen sagrada a lo largo de la historia, desde la Iglesia primitiva, poniendo el acento en el valor pedagógico de las imágenes. Tras una breve base teórica, ha abordado la función de la imagen procesional: “Por un lado, la reflexión en el fiel a modo de pedagogía visual y, por otro, la contemplación que provoca la devoción”.
Al respecto, ha defendido que “la imagen procesional debe estar dotada de unas singulares características visuales que la diferencian de otras representaciones sagradas, porque la pública contemplación va a determinar su composición, su acabado y su expresión”.
Igualmente, ha añadido que “estas necesidades rituales de la piedad popular impulsaron desde finales del siglo XVI el uso procesional de imágenes escultóricas. Sus cualidades visuales son, por ejemplo, la monumentalidad y el naturalismo expresivo, que contribuían a mejorar la percepción de la imagen en el espacio abierto de la calle durante la procesión”.
Más adelante, López-Guadalupe ha enumerado cuatro conceptos clave para entender la función de la imagen procesional: tiende a un equilibrio entre el carácter humano y trascendente del personaje y la representación; son componentes esenciales el realismo y la belleza, ya que el primero potencia y mueve a la devoción, y el segundo representa la bondad moral y reviste a las imágenes de distinción; el adorno es fundamental, a partir especialmente del Barroco, porque otorga cierta dimensión festiva y social; y la imagen debe ir en movimiento, porque “esta itinerancia hace que la imagen sagrada invada el espacio profano que de algún modo santifica”.
El ponente ha concluido su intervención afirmando que “la imagen procesional está indisolublemente unida a la piedad popular y también sirven de elemento de cohesión social, porque construyen una identidad, por tanto, la imagen sagrada no es solo una voz del pasado o una obra de arte, sino que hoy es una imagen con intacto potencial comunicativo, atractivo visual e impacto emocional”.
La devoción que cruza el Atlántico
La Mesa redonda ‘Arte y Estética’ ha sido cerrada por Francisco Montes, también profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y especialista en intercambios devocionales entre España, Italia y América. Por este motivo, ha pronunciado una disertación titulada ‘Andalucía y Andalucía: una encrucijada de devociones’.
Esta intervención, además, complementa la exposición ‘Lo permanente y lo efímero. Bienes y espacios para las manifestaciones populares de América’, actualmente visitable en el Archivo de Indias con motivo del congreso.
El ponente ha puesto en valor el estrecho contacto que existe entre la Virgen de la Antigua y los países iberoamericanos. Si bien, no es la única, ya que están documentadas más de medio centenar de devociones andaluzas que traspasaron el Atlántico, “llevando los fieles pequeñas reproducciones o grabados, o incluso encargando copias a artistas locales”, según ha explicado.
Pero también ocurrió al revés, que algunas devociones iberoamericanas llegaron a tierras andaluzas. Por ello, Montes ha realizado un rápido repaso de los tributos que las imágenes devocionales sevillanas llevan de la Virgen de Guadalupe de México, devoción potenciada especialmente a partir del siglo XX.
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